El astrofísico holandés se ha convertido en una leyenda tras más de 40 años de clases magistrales en el MIT. Sus demostraciones con péndulos, arcoíris y descargas eléctricas quedan inmortalizadas en su libro Por amor a la física, que acaba de presentar en Barcelona.
Walter Lewin es mundialmente famoso por columpiarse. Quizás es algo injusto para un científico con unas 450 publicaciones y numerosos premios. Pero no se trata de un columpio cualquiera. Lewin se balanceaba durantes sus clases en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT). Utilizaba su cuerpo y un largo péndulo de 5 metros para explicar su funcionamiento a cientos de entusiasmados alumnos. Un público pequeño comparado con las decenas de miles de personas que han visto sus clases en internet. No hay duda de que Walter Lewin ama la física tanto como explicarla lo que es una suerte para todos.
Tengo que disculparme por tener el blog un poco abandonado entre exámenes y viajes de trabajo. Comentaros mis impresiones sobre “Por amor a la física” es una estupenda excusa para retomarlo. Se trata del libro de Walter Lewin, que la editorial Debate tuvo la amabilidad de enviarme. Lo mejor es empezar con una frase del propio Lewin “Presento la física como una forma de ver el mundo que revela territorios que de otra forma estarían ocultos [..] “ Ni más, ni menos. No quiero minusvalorar las matemáticas. Son una herramienta vital para la ciencia. Pero las demostraciones y experimentos frente al público han servido para enseñar ciencia y motivar la curiosidad durante siglos. Podríamos decir que es algo que esta nuestra naturaleza.
La primera parte del libro recoge parte del material que se explica en las clases de física que lleva años impartiendo. En general, se presentan muchos conceptos que se explican con brevedad y claridad pero me dejaron con ganas de aprender más al respecto. Para ello, el texto incluye numerosos enlaces a videos y otro material adicional. Algo extraño en un libro en papel pero habitual en muchos blogs como este. Creo que, si hay un libro que merece comprarse en versión electrónica, o leerse con Internet a mano, es este. De los diferentes capítulos, el dedicado al arcoíris es mi favorito. No exagero si os digo que ahora me fijo y busco las fuentes de agua con un interés casi infantil. Estamos rodeados de belleza sin ni siquiera notarlo.
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